La tecnología en Tokio 2020 ha dejado una cosa muy en claro : no hay duda de que el mejor va a ganar.

 

Los organizadores apostaron desde el primer momento por unos Juegos Olímpicos apoyados en el desarrollo tecnológico para garantizar mediciones precisas y resultados justos.

 

Pero la tecnología en Tokio 2020 no solo ayuda a los jueces y espectadores, sino que también es una herramienta para los atletas.

 

 

 

 

 

 

La tecnología en Tokio 2020

 

 

Estas son algunas de las tecnologías que nos sorprenden en Tokio 2020.

 

 

Veloces como un estruendo

 

La prueba de los 100 metros planos es una de las que mayor atención atrae en unos juegos olímpicos por la explosividad de sus competidores.

La capacidad física de las y los atletas que ‘vuelan’ por la pista no sólo pone a prueba sus físicos, sino que también reta las capacidades de los jueces para valorar a los ganadores.

Y es que cuando una prueba para recorrer 100 metros se resuelve en apenas 10 segundos, medir los tiempos exactos de los atletas es fundamental para una competencia justa.

 

 

 

 

 

 

La pandemia cerró las gradas, competir sin público es también un reto

 

Esto se logra con la precisión milimétrica de los cronómetros que fueron diseñados y proporcionados por la empresa suiza Omega.

 

Esta marca diseña los cronómetros para las pruebas olímpicas desde 1935 y en Tokio puso a disposición un grupo de dispositivos para medir cada segundo con exactitud.

 

Su prueba de fuego serán los 100 metros femeniles y varoniles, que se disputarán el 31 de julio y 1 de agosto próximos, respectivamente.

 

 

 

Tan rápidas como la luz

 

Uno de los elementos más tradicionales en las pruebas de atletismo es el pistoletazo que da salida a los competidores.

 

La tecnología en Tokio 2020 también alcanzó a este instrumento para que la competencia sea más justa para todas las y los atletas que compiten.

 

Las pistolas tradicionales tenían un problema: el sonido es más lento en comparación con la luz, por lo que los atletas de los carriles más lejanos escuchaban la salida más tarde en comparación con el resto.

 

Para resolverlo, en estos Juegos Olímpicos las pistolas de salida son electrónicas y están conectadas a unos altavoces localizados detrás de cada corredor.

 

El resultado es que cuando el juez tira del gatillo, la señal viaja a la velocidad de la luz y emite, además del sonido, un destello que dará la salida.

 

 

 

 

Hasta el mínimo aliento

 

Controlar el ritmo cardiaco es una de las habilidades que los arqueros olímpicos deben desarrollar.

 

El más mínimo cambio o exaltación en el ritmo de sus latidos podría arruinar años de preparación y terminar con una flecha muy lejos del centro de la diana.

 

Por primera vez en unos Juegos Olímpicos es posible conocer el ritmo cardiaco de una o un arquero en tiempo real.

 

La tecnología en Tokio 2020 colocó dispositivos biométricos en los atletas para medir su ritmo cardiaco y ofrecer información en tiempo real sobre el comportamiento de competidor, la presión y su capacidad para controlarse.

 

Pero los marcadores no es lo único. Los organizadores dispusieron cuatro cámaras a unos 12 metros de distancia de cada arquero con las que se miden los cambios en la coloración de la piel del rostro, la cual denota la contracción de vasos sanguíneos.

 

 

 

Se trata de tecnologías de medición vital sin contacto, con la que se pretende mejorar la experiencia de los espectadores desde sus monitores.

 

 

 

 

Monitoreo en tiempo real

 

 

La pandemia dejó sin espectadores a Tokio 2020; sin embargo, la tecnología es una de las grandes aliadas para los organizadores y los amantes del deporte olímpico.

 

En Tokio 2020 todos los competidores de las pruebas de atletismo portarán sensores de movimiento adaptados con etiquetas.

 

Estos dispositivos interactúan con una red de receptores que se instalaron en las pistas donde se organizan las competencias de la especialidad.

 

El resultado es que los espectadores obtendrán información en tiempo real sobre la posición de cada competidora o competidor, sus velocidades, la aceleración y desaceleración y distancia.

 

En pruebas como los 100 metros se conocerá el dato de la máxima aceleración de los velocistas o la distancia precisa entre un corredor y otro en la prueba de 10,000 metros planos.

 

 

 

 

Precisión en la línea de meta

 

 

Uno de los momentos más emocionantes es la llegada de los velocistas a la línea de meta, pero también puede ser uno de los instantes más complejos para los jueces.

 

La tecnología en Tokio 2020 revoluciona las líneas de meta con dispositivos de células fotoeléctricas que emiten haces de luz.

 

Estos dispositivos permitirán detectar siluetas corporales con mayor precisión en comparación con las tecnologías disponibles hasta antes de los Juego Olímpicos.

 

A estos aparatos se sumará una cámara que jamás ha sido utilizada en una competencia deportiva.

 

Se trata de la “Scan’O’Vision Myria”, la cual estará encargada del photofinish con una capacidad para grabar hasta 10,000 imágenes digitales por segundo y crear una fotografía final compuesta.

 

 

 

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Esta tecnología permitirá a los jueces determinar con precisión los tiempos de cada competidor y resolver sin dudas a los ganadores.

 

 

 

Bonus track

 

 

Una disciplina en la que la tecnología ha sido protagonista, pero por su ausencia es el ciclismo de ruta olímpico.

 

A diferencia de otras competiciones, en Tokio 2020 las y los ciclistas no pueden portar equipos de radiocomunicación con los que reciben información sobre la competencia.

 

Este elemento ausente provocó que, en la prueba de ruta, la ciclista de Países Bajos, Annemiek Van Vleuten, confundiera su posición y pensara que al cruzar la meta había alcanzado el oro.

 

Sin embargo, la ganadora indiscutida de la prueba fue la austriaca Anna Kiesenhofer, quien se despegó tanto del pelotón que llegó a la meta 1:15 minutos antes, un mundo en una prueba olímpica.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente:tecreview.tec.mx